A más de 40 años de su estreno, "Last Tango in Paris" sigue siendo objeto de análisis, crítica, polémica y hasta de repudio. |
Por: Deadman.
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Introducción:
Si bien vamos a hacer la típica reseña con el argumento/plot y el comentario sobre la película, al final les quiero compartir la entrevista que justamente dio HOY, Martes 6 de Diciembre del 2016* el director de esta cinta, Bernardo Bertolucci quien, totalmente harto del escándalo que se hizo en todo el mundo sobre la que quizá sea, su obra más polémica, decidió aclarar todas las dudas sobre la presunta violación que ocurre en el filme. décadas de escándalo y especulación han terminado el día de hoy.
Y como Marlon Brando es y será uno de los invitados más frecuentes en este espacio, se me hace el momento perfecto para que le demos un vistazo a una película emblemática de la década de los 70, una de esas cintas que sí que dejó una marca en la historia del cine, no solo por lo controvertido de su guión, la magistral manera de Bertolucci de contar una historia o de la infamante "escena de la mantequilla" si no que dictó un canon muy marcado y explotado hasta el hastío de como se podían manipular las emociones del público de manera casi quirúrgica moviendo los hilos correctos.
*Es la fecha en que se escribió esta publicación y la entrevista a Bertolucci.
La prensa como siempre, haciendo escarnio y escándalo de quien ya no puede defenderse... |
Dichos hilos que manipulan nuestras emociones, que nos erizan la piel y nos hacen un hueco en el pecho, irónicamente están medidos de manera milimétrica, la fotografía, la iluminación, el entorno musical, todo está en el momento preciso, justo para dejarnos una imagen en la mente y una espinita en el corazón.
Bienvenidos al departamento más solitario y más caliente del cine, el espacio casi onírico donde no necesitas un nombre, no necesitas dato alguno de con quien estás, cuanto tiempo estarás y ningún tipo de información, solo requieres vivir el presente, experimentar cada segundo de vida que existas dentro de él como si fuese el último de tu vida. ¿Están listos? pues... Comenzamos!
Cinta existencialista, llena de preguntas a la sociedad, preguntas que seguro Bertolucci al día de hoy se sigue planteando sin tener una respuesta clara, es un film complicado, laberíntico. |
Plot:
Una mañana de invierno un maduro norteamericano de nombre Paul (Marlon Brando) y una hermosa joven parisina llamada Jeanne (María Schneider) se encuentran casualmente mientras visitan un piso de alquiler en París, inexplicablemente una atracción sexual casi animal hace presa de ambos quienes casi sin darse cuenta, terminan follando en el piso vacío.
Cuando abandonan el edificio y de manera sutil, ambos se ponen de acuerdo para volver a encontrarse allí, en soledad, sin preguntarse ni siquiera sus nombres, sin perder su anonimato, sin involucrar sentimientos ni crear expectativa de futuro, remitiéndose al presente, a saborear cada segundo de placer, de adrenalina, de escapar del mundo, de sus propias vidas con sus logros y tragedias personales para dedicarse a gemir, a ser niños de nuevo.
A existir.
Crítica/Comentario:
Estamos ante otra de esas películas que en esta época, serían imposibles, ese tipo de filmes que de verdad me hacen preguntarme si como sociedad, hemos mas bien involucionado más que evolucionar, en que momento nos perdimos, cuando exactamente fue que prevaleció la apariencia sobre la substancia, cuando preferimos la cáscara sobre el contenido, cuando prevaleció la suciedad de la codicia de la taquilla sobre la intención pura de contar una historia, una experiencia humana.
"El Último Tango en París" es ante todo, una historia de soledad, de pérdida, de duelo y de angustia, quienes vengan al apartamento parisino en búsqueda de sexo casual por esparcimiento, diversión y lujuria con el único fin de hacerse la paja viendo tetas o a Brando penetrando una hermosa chica, les recomiendo mejor abran XVideos y se remitan a eso, el Film de Bertolucci es un drama casi Shakespeareano, aquí no hay espacio para la cursilería, para reír a carcajadas, cuando apenas está uno como espectador esbozando la más mínima sonrisa... ¡BAM PERRA! llega la vida y la contundencia de su realidad a pararte el alto, a ponerte los pies en la tierra y recordarte que el mundo no es un lugar bonito, que no toda la gente es buena, que a veces... casi todas, el amor apesta.
En el aspecto técnico es impecable. La perfecta fotografía amarillenta y triste de Vittorio Storaro que nos reta a tomar "screen shots" a morir sólo para descubrir que no hay toma al azar, que todas son una joya a la vista, el juego de la iluminación con esa obsesión casi enfermiza de saber dónde va a caer la luz en actores y entornos, uno de los mejores montajes que se hayan realizado jamás, junto con la preciosista música de saxo (el instrumento sensual por excelencia) de Gato Barbieri, redondean esta obra de arte llamada El Último Tango en París, la ambientación todo el tiempo nos da dos sentimientos, de soledad absoluta o de ignominiosa locura, pero siempre con la constante fuerza omnipresente de la entropía que todo lo consume, que todo lo corroe... finalizo destacando la increíble escena en la que Brando le habla a su mujer "corpore in sepulto" es de lo mejor que he visto nunca.
Las actuaciones son absolutamente inmejorables, yo no sé si ésta sea la mejor actuación de Marlon Brando por sobre "The Godfather" pero corriendo el riesgo de cometer blasfemia cinéfila me atrevo a decir que la labor de Marlon aquí iguala cuando menos su trabajo en la obra maestra de Coppola, todo el tiempo es Brando y solo Brando quien lleva la batuta de la cinta, sin olvidar que María Schneider hace un trabajo impensable e impecable en calidad y sentimiento de la "niña estúpida" que se siente tan fascinada como asqueada bajo las garras de la bestia que le representa Marlon Brando y también por que no? el patético directorsillo de pacotilla novio de Jeanne, interpretado por Jean-Pierre Léaud, también se lo curra de puta madre haciendo parodia y escarnio de las nuevas y pretenciosas tendencias del cine Francés y Americano de principios de los setenta, todos son memorables.
Jamás una película logro abrir, sacar y estudiar las relaciones humanas hasta lo más profundo. Como si fuese una cirugía mayor expone sin piedad el cuerpo y el alma de dos seres humanos desesperados. |
Lo que más me estremece de esta película es lo fácil que nos involucramos con nuestros dos personajes protagónicos, lo fácil que cualquier chica podría decir "Coño que yo he vivido lo mismo que esta mujer." y cualquier hombre con algo de camino recorrido podría (como me sucedió a mi mismo) verme en el mismo espejo que Paul (Brando) y pensar, "Joder, pobre de este pavo." comenzando así, a hacernos partícipes de la historia, en testigos de una unión increíblemente sólida y fuerte cuyos lazos son la nada y el anonimato, la falta de mañana y la inmediatez de las sensaciones corporales más básicas como comer, cagar, dormir y fornicar.
Como Polilla directo a la luz de las llamas es que estos dos personajes nos plantean desde el inicio ¿quien es la polilla? ¿quien es el fuego? y es desde los primeros compases de la música y desde las primeras escenas que algo en nuestro corazón nos dicta que las cosas no van a salir bien, no hay como puedan salir bien y es por todo esto que les digo de una vez: Es un film de arte, no una vulgar película erótica más, es una cinta lenta, llena de técnicas complejísimas de narración y filmación al servicio de una idea aparentemente sencilla pero que, por el mismo hecho de ser meramente conceptual es increíble el nivel de dificultad que tuvo hacer este filme y lo difícil que será para las nuevas generaciones, apreciarlo y valorarlo por completo.
Declaración de Bernardo Bertolucci, aclarando al fin y de una vez por todas el 6/12/2016:
"Me gustaría, por última vez, aclarar un ridículo malentendido que sigue generando informes de prensa sobre Last Tango in Paris en todo el mundo. Hace algunos años en la Cinemateca francesa alguien me pidió detalles sobre la famosa “escena de la mantequilla”. He especificado, pero tal vez no estaba claro, que decidí con Marlon Brando no informarle a Maria que utilizaríamos la mantequilla. Queríamos su reacción espontánea sobre el uso inapropiado de la mantequilla.
Ahí es donde está el malentendido. Alguien pensó, y piensa, que Maria no había sido informada sobre la violencia que se ejercería. ¡Eso es falso! María lo sabía todo porque ya había leído el guión, donde todo estaba descrito. La única novedad era la idea de la mantequilla. Y eso, como aprendí muchos años después, ofendió a María. No la violencia a la que fue sometida en la escena, que fue escrita en el guión. Lamento mucho que ella se sintiese ofendida por la falta de comunicación, pero ya me he disculpado muchas veces con ella, todo ha sido un malentendido."
Conclusión:
Con todo esto aclarado por el mismísimo Bertolucci, creo que podemos dejarnos de pajas mentales, de especulaciones y de mierda amarillista que solo se ocupa para vender diarios o en estos tiempos de redes sociales como clickbait para vender publicidad... no caigan en la trampa mis queridos cinéfilos, están ante una película de culto, un auténtico film que hizo historia, que está en los libros de cómo hacer cine, tanto a nivel técnico como artístico, sin duda las academias más serias en estados unidos y reino unido hacen bien en tener el trabajo de Marlon Brando aquí como un ejemplo de lo que es un actor comprometido con la esencia y la autenticidad de un personaje por sobre cualquier intento de conservar una estética o pose estéril, ofrendando al director cada parpadeo, cada respiración, cada sonrisa y lágrima en nuestras manos para que vivamos como público, la película dela manera más honesta, humana y febril posible.
Quo Vadis Jeanne? |
Para terminar, contarles que existen en el lenguaje cinematográfico, muchas herramientas, que usadas por un inteligente ilusionista, son capaces de disfrazar cada acción en una película. Pier Paolo Pasolini, las conocía, y no por nada, su discípulo Bernardo Bertolucci (quién comenzó como asistente de Pasolini), también supo hacer uso magistral de ellas. Un ejemplo es el raccord (cuando se mantiene la continuidad de los planos), y otra, el falso raccord (cuando se altera conscientemente esta linealidad). El falso raccord puede ser tan sutil que no lo notemos, excepto en cámara lenta. En el "Último tango en París", el gran Bernardo Bertolucci proyecta esta especie de magia, la cual es producto de un reflexivo proceso de creación intelectual. Existe un falso raccord que modifica todo el sentido conceptual del film y lo transforma de manera revolucionaria en algo que si bien nos esperábamos, no deja de sorprendernos, de dejarnos una lágrima en el alma y no cualquiera logra algo así.
Sin más, nosotros nos despedimos. ¡Hasta la próxima!
"Quiero saber tu nombre" |
Muy aparte de la polémica me ha parecido un acierto que una película tan importante fuese ya parte de este espacio, enhorabuena Deadman, abrazo desde Sevilla.
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